Swinger: Moda o Estilo de vida…

“De todo hay en la viña del Señor”.
Un aspecto importante dentro del ambiente es comprender que no todos lo hacemos por la misma razón, aunque muchas veces se piensa que sí.
Incluso para quienes lo consideran un estilo de vida, es difícil encontrar un patrón de comportamiento claramente definido. Siempre están los que viven el intercambio de parejas o interacción con tercero de manera frecuente, casi como un hábito o una necesidad. ¿Aceptable? Por supuesto, ni más faltaba. Son personas entregadas al placer y disfrutan su sexualidad casi a tope, al menos en cantidad. La mayoría (de los que he podido conocer) suelen ser muy responsables y prudentes en la escogencia de sus invitados.
También están los que lo llevan como un estilo de vida más cauto, practican los intercambios con menor frecuencia aunque su actividad sexual sea bastante activa. Pasan la mayor parte del tiempo con sus propias parejas y participan de los encuentros swinger de manera esporádica, pero son constantes a lo largo del tiempo.
Hay quienes lo consideran parte de su vida (en lugar de un estilo de vida), y su comportamiento es muy similar al grupo anterior. Pareciera ser más un asunto de conceptos que de comportamiento. Lo que tienen claro es que pueden vivir sin las relaciones del ambiente, aunque lo disfrutan mucho y son respetuosos de las otras perspectivas.
Por otro lado, están los curiosos. Personas/parejas que tienen la fantasía de explorar su sexualidad, pero no están totalmente decididos. Es un grupo muy heterogéneo y diverso; encontramos de todo un poco: los que llegan bastante cerca pero no se atreven a intentarlo, los que lo intentan sin establecer reglas y se llevan un fiasco (aunque algunos pocos tienen buena suerte), los que lo intentan y les va bien, pero no vuelven a intentarlo; los que no conectan con nadie, pero insisten ya sea por el morbo o por el deseo; los “softs”, que disfrutan del ambiente sin necesidad de dar el último paso; los que cambian de pareja; los curiosos; los que no se estabilizan; los que lo intentan cada cierto tiempo solo para salir de la rutina.
En pocas palabras, para unos puede ser una moda, mientras que para otros es un estilo de vida. En un principio es prácticamente imposible detectarlos, por lo que sin importar cuál sea tu tendencia, deberás lidiar de la mejor manera con los gustos de los demás, más allá de que te puedan parecer descabellados o incomprensibles.
La buena noticia es que una vez te decidas a abrir tu mente a la aceptación de comportamientos diferentes a los tuyos, llevarás el ambiente de la mejor manera, lo disfrutarás mucho más y harás una gran cantidad de amistades de todo tipo, y para cualquier momento.