DECIR QUE NO ¿FÁCIL O DIFÍCIL?

Escenario 1: Tú y tu pareja llegan a una fiesta swinger; conversan con otra pareja y empiezan a llevarse bien; notas que a tu pareja le gusta su contraparte, pero a ti no te gusta “lo que te toca”; decir que “no” podría matar el momento y arruinarle la noche a tu pareja. ¿Accedes?

Escenario 2: En una fiesta swinger, tú y tu pareja entran a una habitación común con la intención de interactuar entre ustedes; al rato entran más parejas y varias intercambian entre sí; de pronto hay manos sobre tu cuerpo de personas que no conoces y que no te gustan; la situación no es lo que pensabas, poco morbo y mucha incomodidad; notas que tu pareja también toca a otras personas; si le pides que salgan, le dañarías el momento. ¿Te quedas?

Escenario 3: Eres una chica en una reunión swinger; luego de un rato ves que algunas personas se retiran a las habitaciones a interactuar; alguien que no es de tu agrado se pone insistente para que lo acompañes; si le dices que no, otros lo podrían ver mal y tomarte como una “aguafiestas”. ¿Lo acompañas?

 

Estos 3 escenarios no son típicos de todas las parejas, pero es más común de lo que podrías imaginarte cuando recién inicias en este ambiente. Tristemente, son muchas las personas que terminan respondiendo “sí” a cada una de estas preguntas.

Y, entonces, viene la parte que no habían imaginado. Su pareja empieza frustrarse, porque nadie (en sus 5 sentidos) desea ser swinger para que su pareja pase penurias. Es un juego de dos, y ambos deben disfrutar. También resulta que algun@s se trauman porque podrían llegar a sentirse ultrajad@s – he sabido de casos que requirieron ayuda clínica.

¿Suena un poco extremo? Excelente. Porque necesito hacerte entender la importancia de decir “no” cada vez que lo consideres necesario.

El problema radica en que al principio creemos que debemos someternos a un comportamiento estipulado por un grupo de personas expertas que podrían rechazarnos si no seguimos sus pasos. Y, aunque esto podría pasar con algunos pequeños grupos, no es la realidad en términos generales. El swinger es libertad. No existe un manual al que te debas apegar para complacer a otros. Por el contrario, las únicas reglas a las que debes apegarte son las tuyas (y tu pareja), siempre que estas no afecten a terceros.

Decir que no, puede dañar un momento, pero también puede garantizar tu satisfacción.

Decir que no, no es delito. Es aceptado por el resto de las parejas sin mayor problema.

Decir que no, no es una ofensa. En muchos casos, solo significa que “en este momento no”.

 

Define tus prioridades y las de tu pareja. Son las que valen. Y nunca hagas algo que no te guste. Lo irónico es que, la persona que esté contigo, tal vez se sienta muy mal si se entera que no querías hacerlo. He ahí la importancia de la comunicación sincera.

Atrévete a decir que no, y disfruta los momentos verdaderamente especiales.

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